Florentino y Teresa están intentando cumplir la última voluntad de su Padrino- Abuelo (respectivamente) , despedirse de su amor de juventud, Adela, perdida en París . El recuerdo que tiene Padrino-Abuelo de Adela en sus delirios es en realidad el de Ricardo, su mejor amigo de infancia y juventud, vestido de mujer que posa junto a él en una foto sacada en un carnaval de la adolescencia. Foto que conserva con recelo. Teresa y Florentino convencerán a Ricardo que se vista de mujer y, haciéndose pasar por Adela, despida a Padrino-Abuelo cumpliendo su última voluntad. Ricardo aceptará si Teresa le da el trofeo que ganó junto a Abuelo-Padrino en un campeonato de paleta en sus años mozos y del que Florentino no se quiere desprender. A cambio Ricardo se compromete a ayudar a Tersa a realizar los cien mil barquitos de papel que necesita para ganar el concurso del Monumento del Barquito de Papel y así, obtener el efectivo necesario para limpiar su nombre ya que hubo un faltante en la rifa que ella administraba en el club del pueblo. Finalmente intentará emprender una nueva vida lejos del pueblo que le permita criar a su hijo, que está en camino, en paz.