El cuento clásico de Christian Andersen se actualiza para hablarnos del valor de ser quienes somos, más allá de las apariencias.

Había una vez… ¡Un momento! ¿Por qué todas las historias empiezan con “Había una vez”? Probemos otra cosa: había tres veces. Primero había un rey muy vanidoso, al que le encantaba vestir los mejores trajes y dos astutas tejedoras que le prometieron un traje invisible (para los tontos). Segundo, el rey vistió el traje invisible en la fiesta del pueblo y todos fingieron verlo, porque temían ser tenidos por tontos. Tercero, un niño dijo ¡El rey está desnudo!

La increíble historia del traje invisible es una obra de teatro que invita a imaginar las tonterías que podríamos hacer si viviéramos con miedo a parecer tontos.